Hablar de Robert de Niro es hablar de historia viva de Hollywood. Uno de los actores más venerados y aplaudidos de la historia, lleva más de 40 años regalando papeles para el recuerdo. Por tal motivo, repasamos las mejores películas de Robert de Niro.
Entre las mejores películas de Robert de Niro ya está, a pesar de su reciente estreno, El Irlandés (Netflix). La nueva cinta de Martin Scorsese ha reunido a Robert de Niro, Al Pacino y Joe Pesci en un entorno que el director maneja como nadie: la mafia.
En este caso, Robert de Niro se mete en la piel del protagonista, Frank Sheeran, estafador y asesino que vertebra una película que se va a 220 minutos de metraje. A la espera de que se convierta en un clásico, el actor ha sumado otro titulazo a su tremenda carrera.
La presencia del veterano actor en una de las cintas del año, hace necesario un repaso a la filmografía de un actor que ha sido maestro de otros actores legendarios. Estas son las mejores películas de Robert de Niro
El lado bueno de las cosas (2012)
Cuando se repasa la filmografía de Robert de Niro, El lado bueno de las cosas no es la primera película que viene a la cabeza. Sin embargo, es una de sus mejores interpretaciones. En ella da vida a Pat Sr, el padre de Bradley Cooper y un tipo obsesionado con las apuestas deportivas.
A pesar de que Bradley Cooper y Jennifer Lawrence se llevaron los focos (y el Oscar a Mejor Actriz), el bueno de Robert de Niro sumó aquí su séptima nominación. Eso sí, no se lo llevó porque Christoph Waltz hizo maravillas en Django Desencadenado. Aún así, ésta es una de las mejores películas de Robert de Niro
Los intocables de Eliot Ness (1987)
Cuando Robert de Niro hace de héroe, está bien. Cuando el actor interpreta al villano de la película, está sublime. Y para villanos, pocos como Al Capone, al que dio vida allá por 1987.
En Los Intocables de Eliot Ness, Robert de Niro regala al gran público varios momentos para el recuerdo. Ahora, ninguno como el discurso que da, metido de lleno en la piel de Al Capone.
El Cabo del Miedo (1991)
El Max Cady que construyó Robert de Niro para El Cabo del Miedo es intimidante, abusivo y penetrante. Un personaje con personalidad que traspasa la pantalla y se mete en la cabeza del espectador, tanto como en la de Nick Nolte.
Su momento ‘abogado‘ es historia del cine, como también lo son los tatuajes que se hizo expresamente para el rodaje. Una actuación excelsa que mereció una nueva nominación a Oscar. Eso sí, no se la llevó porque apareció Anthony Hopkins con su glorioso Hannibal Lecter para arrebatárselo. Nada que objetar.
Casino (1995)
Una demostración más de que unir a Martin Scorsese con Robert de Niro es sinónimo de éxito asegurado. En Casino, el actor dio vida a Sam Rothstein, Ace para los amigos.
Este corredor de apuestas deportivas es contratado por la mafia para controlar las actividades de un casino ficticio. Si Nicholas Pileggi, autor del libro en que se basa la película, imaginó alguna vez a su personaje, seguro que fue con la cara de Robert de Niro.
Heat (1995)
Que 1995 fue un buen año para Robert de Niro, es un hecho. Al éxito de Casino hay que sumar la que, para muchos especialistas, es el mejor thriller policiaco de la historia: Heat. De la mano de otro titán de la actuación como Al Pacino y junto a un más que solvente Val Kilmer, crearon una fantasía de disparos y persecuciones épicas, de la mano de Michael Man.
En este caso, de Niro interpreta a Neil McCauley, el cabecilla de una banda de ladrones de coches y bancos. Su némesis será Al Pacino, un veterano agente de policía que ha convertido a McCauley en su obsesión personal.
Érase una vez en América (1984)
De la mano de Sergio Leone, Robert de Niro siguió vinculado a la mafia de Nueva York. El mítico director de westerns aparcó los caballos para irse a la Gran Manzana y contar el ascenso de David Aronson de joven judío tranquilo, a capo de la mafia neoyorquina.
Tres horas de película y ni un solo segundo en el que de Niro no acapare todos los focos. Magnetismo.
Uno de los nuestros (1990)
Martin Scorsese firmó con Uno de los nuestros, quizás, la mejor película de mafiosos de la historia. En ella, Robert de Niro sería Jimmy Conway, un veterano de los Lucchese, una de las grandes familias del crimen organizado en Nueva York.
A pesar de todo, es Ray Liotta (Henry Hill) quien se lleva el protagonismo, como el líder de la nueva generación de la familia Lucchese, admirando a parientes como Jimmy Conway.
El Padrino II (1974)
El Padrino II es la mejor segunda parte de la historia. Y lo es gracias al trabajo de Robert de Niro, quien convierte a Vito Corleone en leyenda, de la mano de un excelso Francis Ford Coppola.
De Niro tenía la complicada misión de tomar el relevo de Marlon Brando, quien interpretó a Vito Corleone en la precuela. Y lo clavó. A través de flashbacks, cuenta cómo llegó a ser el gran jefe de la mafia y como su carácter tranquilo, se podía torcer en cualquier momento. Fue su primera nominación a Oscar y su primera estatuilla. Tenía 31 años.
Toro Salvaje (1980)
El segundo Oscar de Robert de Niro se lo dio Jake La Motta. Para conseguirlo tuvo que unir fuerzas a Martin Scorsese, engordar casi 30 kilos y ejercitar su cuerpo hasta parecer un boxeador profesional. Bueno, y aceptar las palmadas, nada cariñosas, de Joe Pesci en la cabeza
Valió la pena, pues dejó una de las mejores películas deportivas de la historia. Y, de paso, consiguió que Scorsese dejara una de sus peores adicciones.
Taxi Driver (1976)
Que Travis Bickle no le diera un Oscar es la mayor injusticia de la historia de los Oscar. Se lo quitó Peter Finch, por Network, y nadie se explica aún el motivo.
Su veterano de guerra mentalmente inestable, reconvertido a taxista y hablando con el espejo es absolutamente majestuoso.
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